Ruido. Ruido adentro y afuera. Los pensamientos que brincan y la información que recibimos constantemente son ráfagas de ruido en la mente y el arte una materialización vehemente de estos. Las obras son fuentes inagotables de palabras, conversación y preguntas. La artista Angélica Chavarro pertenece a una corriente de artistas cuyo trabajo, en vez de generar estruendo, crea un espacio de contemplación, un descanso para el espectador que invita a entrar en un estado meditativo, de silencio y quietud. Chavarro se pregunta si es posible incitar al espectador a habitar su propia experiencia interior suspendiendo el ir y venir de las ideas. A través del uso de capas de interlon blanco con detalles bordados y una tenue luz, entramos en un espacio-tiempo suspendido tanto hacia adentro como hacia afuera en el que no hay juicios, ni acción, ni pretensión de charla infinita. Solo silencio. Donde comienza el diálogo con nuestro interior.

 

Caridad Botella