El valor gestual está implícito en la pintura al ser una práctica que atañe a lo manual; la imagen adquiere una condición de unicidad e irrepetibilidad, cargada de emociones y transformaciones que nacen de la subjetividad del artista, de una fuerza interior que orienta su manera individual de percibir y representar el mundo. Por medio de estas marcas se registra y se explora la disposición corporal y espiritual de quien pinta, esto implica una temporalidad que se evidencia en la particularidad de las imágenes obtenidas.

En Insinuaciones Naturales las imágenes son la vivencia de mis pensamientos y de mis actos en la pintura, no represento literalmente objetos propios de la naturaleza, ni tampoco pretendo abstraerla, lo que muestro es mi manera de percibirla a partir de pequeños fragmentos que me hablan de la totalidad de la misma.